Indoor childrens, ¿la próxima pandemia?. Actividades al aire libre y el uso de la ciudad como apoyo al desarrollo integral infantil durante el Covid-19

Piera Medina abril 20, 2021

Por Piera Medina
Arquitecta urbanista, directora ejecutiva Fundación Escala Común
Co fundadora y directora Centro estudios territoriales ANTIS

En las últimas semanas, el confinamiento de los niños/as Chile ha sido, quizás, el más estricto desde que comenzó la Pandemia. La poca flexibilidad y voluntad política por incorporar criterios que respondan a las necesidades de los niños/as y adolescentes para tener actividades al aire libre y vincularse activamente con su entorno, su espacio, y la naturaleza, deja de manifiesto el poco cuidado, respeto, y la carencia de conocimiento frente a los procesos de desarrollo integral infantil.

Sin duda este ha sido un período complejo para muchos, una época que difícilmente olvidaremos. Sin embargo, para miles de niños/as y adolescentes que están en un proceso altamente complejo de desarrollo, esta experiencia va a ser absolutamente significativa para su conformación como individuos. Las adversidades que está experimentando la infancia HOY, y cómo se enfrentan éstas desde una perspectiva respetuosa e inclusiva en las políticas públicas, serán claves que podremos descifrar quizás demasiado tarde. No sólo por el simple hecho de incluirlos, más y mejor, sino por las consecuencias que tiene el no hacerlo.

Desde hace décadas se ha venido observando en diversos estudios el impacto que tiene la excesiva reclusión en espacios interiores para los niños/as, por diversos motivos vinculados principalmente a la idea de que los niños/as son muy vulnerables para estar en los espacios públicos de la ciudad, a los cuales no nos referiremos aquí. Esto ha consolidado prácticas como el excesivo uso de televisión y tecnologías como forma de recreación, limitando sus posibilidades de juego libre, sociabilizar, y vincularse con el entorno construido, social, y natural. Este grupo de niños/as se ha denominado como indoor childrens’, (niños de interiores) y son quienes se encuentran mayormente propensos al desarrollo de obesidad y sedentarismo infantil, así como también, a problemas de visión de alto alcance (Carver, Timperio, Crawford, 2007), a mayor frustración y aburrimiento (Wang et al., 2020), como también, a presentar trastornos por déficit de naturaleza, sociabilización, disminución autonomía, de inteligencia espacial y mapas cognitivos (Medina, Mucientes, 2019).

Todos estas experiencias y sus consecuencias a nivel integral del niño impactan de forma significativa con la salud mental, la estructura cerebral (Schore, 2001; WHO, 2019) y la estructura social dentro de la cual el niño/a se inserta. En la etapa de primera infancia sobre todo, se están construyendo las bases de su personalidad, y por tanto todos estos impactos serán significativos para su desarrollo como individuos.

Si bien estas prácticas de reclusión infantil en los espacios interiores se vienen generando hace muchos años, durante el confinamiento debido a la pandemia por Covid-19 se han sostenido y aumentado significativamente, ya no sólo por decisión de sus cuidadores, sino, por la débil y ausente mención a la infancia en la generación de espacios de recreación, juego al aire libre, y vinculación con el entorno social, construido, y natural. A la fecha no ha habido ninguna manifestación clara y concreta respecto a cómo nos hacemos cargo para proteger la salud integral y favorecer un desarrollo armonioso de nuestros niños y niñas mientras dure la pandemia, y cómo haremos para re-construir en conjunto la infancia de nuestro país una vez que todo esto acabe. La única mención al respecto se ha hecho desde la perspectiva escolar, sin embargo, esta no ha sido netamente enfocada en las necesidades de los niños/as sino más bien, desde una perspectiva adultocentrista y económica, que reconoce el gran rol que juega la escolaridad para permitir que tanto padres, como principalmente madres, puedan desempeñar sus trabajos de forma ‘óptima’. Sin embargo, no ha habido, a la fecha, ninguna medida que apele a la salud mental de los niños/as que ingresan al sistema escolar después de haber estado un año en pandemia, con formatos educativos diferentes, sin sociabilizar entre sus pares, y con nuevos protocolos que escasamente ponen énfasis en generar condiciones amables para los alumnos/as. Pero este no es el foco de esta columna.

Los últimos estudios en la materia señalan un aumento de conductas “negativas” en niños/as menores de 6 años, y de 0 a 11 años producto del confinamiento que se han sostenido durante este último año de encierro (Escobar, Panesso, Franco, Cardemil, Grez, Del Río, Del Río, Vigil, Durán, 2021). Los efectos que tiene el no tener actividades al aire libre comienzan a hacerse palpables en la mayoría de las familias, y comienza a entenderse el rol que tiene el espacio público y las actividades al aire libre para la salud integral de la infancia.  

Estamos generando patrones de conducta que pueden ser determinantes para el desarrollo de los individuos, y esto en la infancia es algo a tener en profunda consideración. Es urgente repensar el enfoque de cuidado y las garantías que se le entregan a la infancia respecto su bienestar integral, estableciendo bases seguras para proveer mejores condiciones para que puedan hacer uso de la ciudad y sus espacios públicos.

La pandemia no se ha extendido por la irresponsabilidad de los niños/as, sino más bien por que los adultos no hemos sabido respetar la corresponsabilidad de cuidarnos entre todos. Sin embargo, la niñez ha sido la principal afectada, debiendo aguantar estigmatización (recuerden al principio de la pandemia que los niños/as eran vistos como vectores de contagio) y total reclusión de los espacios públicos de la ciudad.

A todo lo anterior hay que agregar la compleja situación de la salud mental y de obesidad infantil en Chile -que venía en aumento previo a la pandemia- que hoy se encuentra en los primeros lugares a nivel mundial, algo que no nos debería enorgullecer, sin embargo, tampoco parece hacernos el suficiente ruido como para hacer transformaciones radicales en la forma en que estamos educando, cuidando, protegiendo, escuchando, y valorando a los niños, niñas y adolescentes en esta sociedad.

No visualizar y hacerse cargo de las necesidades de la infancia en esta pandemia, para que puedan disfrutar de su derecho de tener actividades al aire libre y mejores condiciones de bienestar, -que incluye una transformación de la educación hacia un modelo más holístico y respetuoso-, nos pone en un escenario de elevada negligencia como sociedad.

A pesar del llamado de expertos en salud mental infantil, y de diversas organizaciones vinculadas al desarrollo integral de la infancia, dentro de las cuales nos posicionamos nosotros desde la dimensión territorial de la niñez, las políticas públicas de Chile parecieran haber decidido ignorar el impacto que esto tendrá en unos años más, cuando estemos lamentándonos por no haber tomado las medidas necesarias durante estos tiempos de confinamiento.

No sabemos cuanto tiempo tomará salir de esta pandemia, ya hemos aprendido que la soberbia no nos ha llevado a ninguna parte. Mientras tanto, permitámosle a los niños y niñas seguir siendo niños, a disfrutar, a desarrollarse íntegramente, en la medida de lo posible, pero que sea posible.

Invitamos a todos quienes se vinculen con estas temáticas, organizaciones, especialistas de la salud, padres y madres, a sumarse a una iniciativa común, que apunte a mejorar las condiciones actuales de miles de niños y niñas que están viendo afectados su desarrollo integral producto de su invisibilización. Dejamos abierto el diálogo.

Referencias:

– Carver A., Timperio A., Crawford D. (2007); “Playing it safe: The influence of neighbourhood safety on children’s physical activity – A Review”; Revista Health and Place No14, pp.217-22

– Escobar M.J., Panesso C., Franco E., Cardemil A., Grez A., Del Río P., Del Río J.P., Vigil P., Durán C. (2021); “Efectos de la pandemia y las medidas de confinamiento sobre la salud mental en población infantil de Chile”

– Medina P., Mucientes C. (2019); “Geografías de la Infancia: derribando muros del Gigante Egoísta. Análisis de la pertinencia infantil en el diseño de espacios públicos”. Disponible en: http://escalacomun.cl/wp-content/uploads/2020/05/Geografias-de-la-Infancia_Sipic.pdf

– Schore, A. N. (2001); “Effects of a secure attachment relationship on right brain development, affect regulation, and infant mental health. Infant Ment” Health Journal, 22, 7–66. doi:10.1002/1097-0355(200101/04)22:1<7::AID-IMHJ2>3.0.CO;2-N

– WHO / World Health Organization (2019); “Guidelines on physical activity, sedentary behaviour and sleep for children under 5 year of age”; Recuperado de https://apps.who.int/iris/handle/10665/311664

-Wang, G., Zhang, Y., Zhao, J., Zhang, J., & Jiang, F. (2020). Mitigate the effects of home confinement on children during the COVID-19 outbreak. The Lancet, 395(10228), 945-947. DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30547-X

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